ESPAÑA "JUBILA" LOS F 18 DE CANARIAS
Oficialmente, el cementerio se llama 309º Grupo de Regeneración y Mantenimiento Aeroespacial, o AMARG, anteriormente conocido como Centro de Regeneración y Mantenimiento Aeroespacial (AMARC). En esencia, es un lugar donde el ejército de los Estados Unidos guarda sus aviones adicionales para su custodia.
La Base de la Fuerza Aérea Davis-Monthan es muy adecuada para este propósito. Ubicado cerca de Tucson, Arizona, la baja humedad y el hecho de que el suelo no contiene mucho ácido lo convierte en un buen lugar para el almacenamiento a largo plazo de aviones. Hay muchos aviones allí actualmente, más de 3.800 al 15 de junio de este año.
La crisis de Ceuta llega en el momento de mayor debilidad militar de España frente a Marruecos. Los aviones F 18 de Canarias están obsoletos frente a los superiores F 16 marroquíes. El presupuesto de Defensa es de 9.411 millones de euros, mientras que Marruecos se ha gastado la mitad sólo en comprar helicópteros y blindados
El primer muro de defensa de España ante Marruecos presenta grietas. Los cazas F-18 del ala 46 en la Base Aérea de Gando, en Las Palmas, están siendo retirados por obsoletos. Marruecos lo sabe y por eso, con el permiso de Estados Unidos, país para el que -desde que Sánchez gobierna- no somos socios preferentes, aprieta en la frontera con Ceuta. Ahora mismo Marruecos, por mucho que nos pese, manda en el aire, aunque en el agua todavía la Armada Española sea superior, aunque da lo mismo, pues en Canarias no estan ni se les espera. Los aviones F-18 obsoletos de Gando no han sido todavía reemplazados por Eurofighters (EF) y los «vecinos» del sur lo saben.
En su descarga hay que reconocer que los «halcones» o F-18 son, o mejor dicho, han sido nuestra mejor arma disuasoria frente al único enemigo que España puede tener ahora mismo, Marruecos. Pero esa arma está obsoleta después de que el Ministerio de Defensa alauita comprase veinticuatro F-16 a Estados Unidos en octubre de 2019. Nuestros «halcones» no son rival para los nuevos F-16, más rápidos, mejor armados y con mayor capacidad de maniobra en combate. Durante años, el Gobierno español ha ignorado esta circunstancia o no ha querido verla a pesar de los avisos de nuestros altos mandos. Nuestra promesa de mejora son los 20-EF que ya deberían haber sido comprados por España, pero que no llegarán previsiblemente hasta 2025. Todo eso si Defensa termina de ultimar el contrato con Airbus.
Sin embargo, no está todo perdido todavía. 73 de estos EF ya están operativos en Albacete y Morón de la Frontera, aunque trasladarlos ahora a Canarias podría ser interpretado por Marruecos como un acto hostil y el Gobierno no quiere dar ese paso. Se trata de no molestar al vecino. ¿Cuál es entonces la solución? Cambiar los F-18 de Gando por sus gemelos de Torrejón de Ardoz o de Zaragoza, un poco menos anticuados pero igualmente ineficaces ante los veinticuatro F-16 de la Fuerza Aérea Real Marroquí.
A finales del pasado mes de abril ya hubo un primer roce entre España y Estados Unidos después de que la US Navy desplegase un portaaviones nuclear en aguas internacionales, pero cerca de aguas españolas, para un ejercicio militar conjunto con la fuerza aérea marroquí. Entonces el Ministerio de Exteriores protestó pero la respuesta de la embajada americana en Madrid fue fría y distante: sus fuerzas armadas no estaban obligadas a comunicarse con los controladores aéreos españoles. No era la primera vez que Estados Unidos y Marruecos realizaban unos ejercicios conjuntos. En marzo ya llevaron a cabo la operación «Lightning Handshake», con ejercicios militares en tierra.
Cuando España compró los F-18 Hornet a Estados Unidos, a finales de los 90, eran aviones de segunda mano con miles de horas de vuelo. Se compraron 24 de los que sólo quedan 20 operativos en Canarias. Entraron en servicio a finales de los 90 pero no han sido actualizados desde su compra, al contrario que los que están en servicio en Zaragoza o Torrejón de Ardoz, en mejor estado que los canarios, que presentan un deficitario estado con motores que sufren humedad, la salitre del mar y la arena del Sahara desde hace más de 20 años.
Arena, mar y viento.
De hecho el lema del Ala 46, del único escuadrón en la zona es, por algo, «Arena, Mar y Viento». El tiempo ha erosionado los sistemas electrónicos de los cazas canarios hasta convertirlos en claramente inferiores a un F-16 marroquí. Como el Gobierno de Sánchez no quería molestar a nuestro vecino marroquí trasladando allí algún Typhoon (EF) se ideó parchear las deficiencias de los F-18 intentando arreglar los cazas más válidos para que durasen hasta 2024. El resto se mandaron a partir de marzo de 2021 al desguace.
Todo esto lo sabe la inteligencia marroquí, que incluso hace unas semanas puso a prueba nuestra capacidad de respuesta durante unas maniobras conjuntas con Estados Unidos invadiendo ‘sin querer’ espacio aéreo español. Nuestro sistema de Defensa los detectó y se activaron las alertas de respuesta rápida, pero los F-18 no pudieron interceptarlos. Los dos F-16 volvieron a territorio marroquí. Este juego del gato y el ratón es bastante más común de lo que los civiles tenemos conocimiento normalmente. Otro ejemplo: el pasado 4 de marzo dos SU-30 rusos invadieron espacio aéreo de la OTAN, en el mar Negro, y dos Eurofigthers españoles -de los seis con base en Rumanía al servicio de la Alianza- salieron en su persecución logrando que los SU-30 virasen en dirección norte noroeste, de vuelta a Rusia. Aquel día ganamos el farol a los rusos.
MARCHA VERDE SOBRE CEUTA
El Gobierno no consigue cerrar la compra de 20 nuevos cazas para vigilar la frontera con Marruecos. Airbus ha ofrecido a Defensa ir junto a Alemania en la operación Quadriga. Aunque España ve con inquietud la compra de F 35 por Marruecos ya que pueden destruir submarinos. Se necesitan destinar 2.000 millones de euros de los presupuestos generales y el gobierno socialcomunistarra actual de España, no esta por la labor.
El Estado español no ha concretado todavía el acuerdo con Airbus para comprar los 20 Eurofigthers (EF) necesarios para sustituir los F-18 de la base aérea de Gando, en Canarias. Nuestra dejadez choca con las operaciones de Marruecos, que se prepara desde hace años para convertirse en la primera potencia militar del norte de África. Y el gobierno de España no quiere verlo. Desde la crisis económica del año 2008 nuestro presupuesto de Defensa sufre recortes, mientras que el de Marruecos aumentó un 29% sólo en el año 2019. Mientras España sigue regalándole millones de euros a Marruecos. España tiene hasta finales de junio para decidir si firma el contrato o no.
Hace unos meses el general Antonio Javier Guerrero, jefe de la División de Planes del Ejército del Aire, concedía una entrevista a Infodefensa.com en la que resumía la situación de nuestra flota de aviones en Canarias: «Esta flota ha sufrido una reducción de operatividad debido a la detección de alta corrosión en su estructura». La Fuerza Aérea y el Estado Mayor de la Defensa han advertido insistentemente al departamento que dirige Margarita Robles de la necesidad de sustituir los 20 cazas Hornet de Canarias e incluso se contemplan ya fechas para la entrada en servicio de sus sustitutos: principios de 2025. Pero lo primero es disponer de 2.000 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado.
Por tanto, nuestra única opción ahora sería mover algunos de los 73 cazas EF de la Península y mandarlos a Canarias, lo que podría ser interpretado como un acto hostil por Marruecos. Otra opción sería enviar parte de la flota aérea de F-18 de Zaragoza y Torrejón de Ardoz a Canarias. Lo único cierto es que Marruecos conoce nuestra debilidad militar y se está armando. ¿Para qué? No está claro.
De hecho Marruecos gastó en 2019 10.300 millones de dólares en armamento de fabricación estadounidense. Entre ellos, los F-16, 36 helicópteros Apache y más de 200 tanques de combate M1 Abrams. A finales de 2020 firmó un acuerdo con Washington para adquirir los nuevos F-35, el avión más moderno del mundo. De hecho sólo hay 500 operativos en todo el mundo y apenas un millar de pilotos que sepan tripularlos. De momento, la operación está en suspenso porque los motores del F-35 dan algunos problemas que los americanos todavía no han conseguido pulir.
La principal amenaza de estos nuevos F-35 es que son capaces de contrarrestar nuestro nuevo y flamante submarino S-80, el Isaac Peral. De momento la superioridad de España en el mar es evidente con este submarino y nuestro portaaviones Juan Carlos I. Lo que ocurriría en el aire y en tierra en caso de conflicto bélico es mejor no experimentarlo.
A medio plazo, el Ejército del Aire también deberá afrontar el reemplazo de los F-18 de la Península, columbra vertebral de la defensa aérea de España durante dos décadas. La flota, compuesta en la actualidad por unos 60 aviones, repartidos entre Zaragoza y Torrejón, ha pasado varias modernizaciones desde su entrada en servicio a finales de los años 80.
En este caso, el general Guerrero explicó que, tras una reciente revisión para ampliar a 7.000 las horas de vuelo posibles con cada aparato, la previsión es comenzar a retirar estos aparatos en 2025. En este caso, el Ejército del Aire abre la puerta a adquirir más de un modelo de avión. “No es necesario que la solución se restrinja a un único tipo de plataforma y podría contemplar una combinación de sistemas de armas”, especificó entonces Guerrero.
El proyecto Halcón
La última reunión para tratar de renovar nuestra flota data de febrero de este mismo año, cuando representantes de Defensa se reunieron con representantes de Airbus. El consorcio europeo ofreció a España sumarse al Proyecto Quadriga alemán, que encargó 38 aparatos Eurofigther. De esta manera la fábrica madrileña de Getafe tendría también asegurado el empleo durante años y se podría aprovechar ese pedido ya concretado para sumar sinergias y comenzar a fabricar los aviones para España.
Ahora bien, la primera necesidad española pasa por disponer de 2.000 millones de euros para esos 20 aviones EF que, de momento, no tiene. A esto se suma que, al ser aeronaves destinadas a operar sobre el mar, se necesitaría dotarlas de armas antibuques como misiles Harpoon, tal y como piden los especialistas militares, lo que encarecería el precio final. Y todo ello, pensando que Estados Unidos quisiera venderlos a España, algo que no está claro ya que su socio principal en el Mediterráneo ya no es España, sino Marruecos.
La alianza entre EEUU y Marruecos se concretó en octubre de 2020 cuando el secretario de Defensa de EEUU, Mark Esper, firmó una serie de acuerdos con el Gobierno de Rabat para la adquisición de armas y equipos, el entrenamiento militar en todos los sectores, así como inteligencia entre los dos países. Entre ellos, la compra de los F-35, hasta ahora vetados a Marruecos a pesar de la oposición y airada protesta de los israelíes que sólo quieren que esos aviones se vendan a Estados que haya reconocido oficialmente el Estado de Israel, algo que no ocurre con el reino alauita.
Bases de la NSA en Marruecos
Para terminar de perder este juego de poderes intervino la NSA norteamericana, que se instaló hace poco más de un año en Alcazarseguir -una base militar marroquí a sólo unos kilómetros de Ceuta- y está valorando instalarse también en Guercif, Taourirt y Monte Arruit. De esta manera las antenas de la NSA abarcarían todo el Estrecho de Gibraltar, tejiendo una red de escucha prácticamente impermeable, junto a las de Rota y Morón. La NSA norteamericana tiene una base en Alcazarseguir. Marruecos ya consiguió que en 2007 se instalase en su territorio el Africom o Comando Africano de Estados Unidos en Tan Tan, localidad fronteriza entre Marruecos y el Sahara Occidental.
Ahora el reino alauita valora la posibilidad de que Alcazarseguir sustituya a Rota como gran base naval americana en el Mediterráneo. De momento el convenio de Rota y Morón fue prorrogado pero los marroquíes intentarán llevarse al menos la base naval de Rota a su territorio. Incluso han hecho obras en Alcazarseguir para que submarinos americanos pudiesen fondear en esta instalación.
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