LA QUINTA DEL BIBERÓN.
Las traiciones de los socialistas canarios hacia las islas, no son cosas de ahora. La traición es una cosa institucionalizada en el socialismo canario desde su nacimiento en las islas. El primer traidor fue un tal NEGRÍN, al cual, los mismos socialistas de aquellos dias lo expulsaron del partido. Y para que eso ocurriera, imagínense la catadura moral del tal NEGRÍN. Que renegó de sus orígenes y jamás volvió a las islas. Hasta que un bobo solemne como lo es el un tal z-ETA-p, lo readmitió de nuevo en el partido y un tal JOSE MIGUEL PEREZ GARCÍA, desde su prepotencia como Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria, desde el 9 de julio de 2007-20 de junio de 2011, aprovecho dicha circunstancia para arrodillarse ante z-ETA-p y regaló una propiedad del Cabildo, por lo tanto una propiedad de la sociedad canaria, a la familia del tal NEGRIN, para abrir una Fundación Juan Negrín, en la antigua sede de la CAJA DE RECLUTAS, a costa del erario publico, sencillamente que la fiesta la paga el pueblo y son 50.000 euros anuales.
En este mismo blog, ya he expuesto dos artículos sobre este traidor, uno que titulo NEGRÍN ¿POLÍTICO O LADRÓN?, LINK, y otro titulado NEGRÍN Y PRIETO, ¿LES SUENA?, LINK. El actual presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, anunció que la Institución insular duplicará su aportación anual a la Fundación Juan Negrín. Así, el presidente del Cabildo de Gran Canaria explicó que a la aportación anual de 50.000 euros para la Fundación, se sumarán ahora otros 48.000 euros, de manera que cada año recibirá 98.000 euros, a los que en 2019 se sumaron una partida extraordinaria de 42.000 euros para que la entidad haga frente a compromisos ya adquirido.
Volvamos a la realidad del infanticidio ordenado por NEGRÍN, cuando ordenó ese acto execrable, mientras huía en el VITA con el dinero español procedente de la venta del oro del Banco de España. El Gobierno de Negrín, en la esperanza de que el estallido de la II Guerra Mundial salvase a su república, no tuvo ningún remordimiento en llamar a fila a viejos y a niños. La Quinta del Biberón, las levas de 1938 y 1939, arrastró al combate a 30.000 menores de edad, algunos con poco más de 14 años, que fueron enviados luchar y morir por la República en el último año de la guerra. Al verlos uniformados dicen que Federica Montseny afirmó: «¿Diecisiete años? Pero si todavía deben tomar el biberón». Muchos, muchísimos de ellos, cayeron en la batalla del Ebro. Los utilizaron para contener y retardar el avance del ejercito nacional y que les diera tiempo de escapar. Y lo ordenó NEGRÍN.
Aquellos niños olvidados de la Quinta del Biberón. Con los niños es más fácil que con los adultos. Los oficiales sin escrúpulos los manipulan como quieren y los meten en primera línea (porque son "prescindibles"). A veces les dan alguna sustancia (drogas o alcohol) para que pierdan el miedo. Perfectos soldados. Y lo ordenó NEGRÍN. Siempre las dictaduras de izquierdas o de derechas, los han utilizado como carne de cañón. Hoy lo vemos en África, en Oriente Medio en Sudamérica y en Asia.
El pasado 4 de Enero, hizo 82 años, que en el marco de la Guerra Civil española (1936-1939), la Gaceta Oficial de la República Española (que se editaba en València desde noviembre de 1936) hacía pública la orden de incorporación al ejército de todos los chicos catalanes y valencianos (prácticamente los únicos territorios que estaban bajo el control republicano) que durante el año 1938 habían cumplido los dieciocho años, o que los tenían que cumplir durante el primer trimestre de 1939. Y lo ordenó NEGRÍN.
Aunque en la nota se podía interpretar que el gobierno de la República no reclutaba a menores de dieciocho años, se daba la circunstancia de que las levas de 1920 y de 1921 ya habían sido incorporadas y movilizadas el año anterior (1938). La última Quinta del Biberón estaría formada por chicos nacidos entre enero y marzo de 1922 que, en el momento que fueron movilizados ―como había pasado también en la leva de los nacidos el 1921― sólo tenían diecisiete años. Y lo ordenó NEGRÍN.
Los encadenaban a las ametralladoras para que no huyeran
En la nota publicada se les exigía que se presentaran al CRIM (Centro de Reclutamiento, Instrucción y Movilización) del Ejército Popular de la República situado en su zona territorial y también pedía que "cada movilizado deberá hacer su presentación llevando manta, calzado y cubierto; todo en buen estado". Poco después eran enviados al frente de guerra, que en aquellos días estaba situado en las comarcas occidentales del país: la Noguera, les Garrigues, la Conca de Barberà y el Priorat. Y lo ordenó NEGRÍN.
Finalmente, los supervivientes de aquella última leva del Biberón acabarían formando parte de las columnas civiles y militares republicanas que, entre febrero y marzo de 1939, atravesaron la frontera francesa, abandonados a su suerte por NEGRÍN que ya estaba huido y serían internados en los campos de refugiados de Argelers y de Sant Cebrià (Rosselló-Catalunya Nord) y de Agde (Languedoc).
A lo largo de 115 días los españoles se mataron en el Ebro, donde fueron enviados a luchar por la República 30.000 menores de edad. Fue un enfrentamiento entre hermanos cuyos protagonistas más tristes fueron los jovencísimos soldados movilizados a la carrera por la República para evitar una derrota que era ya imparable. La tragedia de la batalla queda bien representada por los soldados que han pasado a la historia como «La Quinta del Biberón». Y lo ordenó NEGRÍN.
La batalla del Ebro fue el combate final que determinó de manera incuestionable la derrota del Frente Popular. Franco y su Estado Mayor, tras vencer en Teruel y en Alfambra y llegar al Mediterráneo por Vinaroz, en el Ebro sentenció una guerra que ya estaba perdida para socialistas, comunistas e independentistas catalanes. Y lo ordenó NEGRÍN.
Vicente Rojo se equivocó una vez más al cruzar el Ebro sentenciando a muerte el sueño imposible de una España bolchevizada del Frente Popular. A lo largo de 115 días de combate, entre el 25 julio y el 16 noviembre de 1938, los españoles se mataron en una gran batalla, la última de las reñidas en la larga lista de guerras civiles que habían asolado España a lo largo de su historia. Y lo ordenó NEGRÍN.
Resultando que las autoridades catalanistas han decidido, a pesar de que los habitante de Tortosa, con buen criterio, en plebiscito, votaron a favor de la conservación del monumento, eliminar el conjunto escultórico levantado en recuerdo de aquellos que, «en uno y otro bando, dieron su vida por España». En el monumento se lee una dedicatoria: «A los combatientes que hallaron gloria en la Batalla del Ebro».
Con la retirada del monumento los soldados de ambos bandos van ser lanzados al olvido. Los políticos y las asociaciones memorialistas, que se pasan el día hablando de la guerra, haciendo negocios político y económico de un conflicto que ocurrió hace casi un siglo, así lo han decidido una vez más de espaldas a la sociedad. Los poco soldados vivos que estuvieron en el Ebro, los niños de la quinta del biberón, ahora tendrían más de 90 años. Con la retirada del monumento de Tortosa ya nadie se acordará de ellos.
El alcalde Tierno Galván, gobernando en Madrid, sostuvo la acertada tesis de que las calles debían tener siempre el mismo nombre con que nacieron. Durante su mandato ni se quitaron placas ni se quitaron estatuas. Espartero, el golpista Martínez Campos, Felipe III, el Marques del Duero o Franco no fueron apeados de sus pedestales. Pero es que Tierno, Leguina, Tamames... eran otro tipo de personas. Por muchas estatuas y calles que hoy quieran quitar el pasado permanece con tozudez y regresa siempre.
2 comentarios:
Terrible eso de que los niños eran encadenados a la ametralladora... ¡Dios tenga misericordia de España!
Esas acciones ordenadas por los comisarios politicos sovieticos, tuvieron sus ordenes durante la Guerra Mundial, cuando Stalin firmo la Orden 227 del 28 de julio de 1942 fue emitida por Iósif Stalin en su rol de Comisario de Defensa del Pueblo. Es famosa por la frase "¡Ni un paso atrás!". En España los dos bandos extranjeros hicieron y probaron sus futuras acciones en la Segunda Guerra Mundial.
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