¿PROXIMAMENTE LAS ISLAS CANARIAS?
Fuentes próximas al Palacio Real marroquí aseguran que Zapatero tendría decidido abrir negociaciones con Mohamed VI (en la imagen) sobre el futuro de Ceuta y Melilla, en caso de ganar las elecciones. En Marruecos se baraja una fórmula de cosoberanía o gobierno compartido para tratar de que la opinión pública española asimile la cesión de las ciudades, posibilidad que siempre ha sido rehazada con indignación. La "hoja de ruta" preparada por Rabat exige, entre otros requerimientos, que la bandera alauí ondee junto a la española en Ceuta y Melilla. Desde 1982, el PSOE incluye negociar en su programa electoral el status de las dos ciudades.
El presidente Rodríguez Zapatero tendría decidido abrir negociaciones con Mohamed VI para diseñar el futuro de Ceuta y Melilla en el caso de ganar las elecciones del 9 de marzo, aseguran a El Imparcial fuentes marroquíes cercanas al Palacio Real. La estrategia diseñada por Zapatero estaría motivada por dos cuestiones cruciales: garantizar la permanencia y los intereses de los españoles residentes en ambas ciudades, y resolver definitivamente un "problema" que arrastran los diferentes gobiernos desde el comienzo de la Transición democrática hace 30 años.
La abrupta respuesta de Marruecos a la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla, con la llamada a consultas de su embajador, demuestra, a juicio de fuentes diplomáticas españolas con experiencia en los entresijos de las relaciones entre Madrid y Rabat, que "el colchón de intereses económicos y diplomáticos creados por España no ha servido para congelar las reivindicaciones de la monarquía alauí sobre ambas ciudades de soberanía española".
La idea de resucitar la "célula de reflexión" propuesta por Hassan II en la década de los 90 y bien vista por el entonces Presidente Felipe González, ya está en marcha. Se trata de un plan que se ha venido gestando desde que el PSOE ganó las elecciones en marzo de 2004 y Rodríguez Zapatero llegó a La Moncloa. Uno de los primeros pasos en esta dirección lo dio el presidente del Gobierno cuando, aun Secretario general del PSOE, nombró a dos diplomáticos para reforzar al entonces responsable de Relaciones Exteriores del Partido Socialista, Manuel Marín.
La designación para esta misión de Miguel Angel Moratinos y de Máximo Cajal, fue acogida con evidente satisfacción por Rabat. No sólo porque se hizo en plena crisis hispano-marroquí por la decidida intervención del presidente Aznar en Perejil, sino porque ambos diplomáticos eran considerados en el Palacio Real alauí como "excelentes amigos" de Marruecos.
El primero desde los años en los que estuvo destinado en la representación diplomática española en Rabat, y el segundo cuando publicó su libro "Ceuta, Melilla, Olivenza y Gibraltar, ¿dónde acaba España?" (editorial Siglo XXI, 2003), en el que se mostraba partidario de las tesis marroquíes. El entorno de Mohamed VI entendió que el mensaje de Zapatero era claro: "cuando llegue el momento, hablaremos de Ceuta y Melilla". Y Rabat tomo buena nota de las palabras de Cajal cuando escribía: "hay que remediar una situación que me parece básicamente injusta. Una situación colonial que es una afrenta a Marruecos y un elemento de desasosiego y mala conciencia nacional para España, que se agita en cuanto se menciona el tema. Hay que reintegrar la integridad territorial a Marruecos".
La "solución" que proponía el embajador Cajal era, ni mas ni menos, que devolver las dos ciudades a "su dueño legítimo, que es el Reino de Marruecos" en un plazo de 20 años. La astucia de Marruecos para arrinconar a Rodríguez Zapatero y ponerle ante la obligatoria disyuntiva de relanzar la "célula de reflexión", ha sido la de recordar, en todos los foros que ha podido, así como en los medios de prensa especializados y en trabajos académicos, que las voces que en España han pedido que se negocie la restitución de las dos ciudades, vienen desde el momento mismo de la Transición política, e incluso antes.
El PSOE ya lo incluyó en su programaEn sus memorias, Verstrynge señala (pág.0) que "en el Libro Blanco para la Reforma Democrática elaborado por Godsa, en un capítulo dedicado a la política exterior, la comisión ad hoc preconizaba el retorno de Ceuta y Melilla a Maruecos".
Rabat también se ha preocupado por recordar que en el programa electoral diseñado por Alfonso Guerra para las elecciones de 1982, en las que el PSOE ganó por mayoría absoluta, se contemplaba la negociación entre España y Marruecos sobre Ceuta y Melilla. El entonces número dos socialista estimaba que el crecimiento demográfico de los musulmanes de las dos ciudades, superior al de los españoles, traería la solución por si misma.
El Palacio Real alauí ha diseñado una "hoja de ruta" de las negociaciones que quiere emprender con España una vez que Rodríguez Zapatero ganase las elecciones. Dicho documento, al que ha tenido acceso El Imparcial, se marca como objetivo la creación de una "comisión técnica" bilateral que solucione los problemas económicos y sociales en los entornos de ambas ciudades, antes de abordar la "negociacion política" para la que Rabat preconiza, entre otras alternativas, la "cosoberanía hispano-marroquí" de Ceuta y Melilla. Esta fórmula permitiría a Mohamed VI plantar junto a la española la bandera del reino en las dos ciudades y los Peñones de Alhucemas, Vélez de la Gomera y las Islas Chafarinas, y aprovecharse de las ventajas económicas y fiscales que la UE otorga a las dos ciudades. De ahí que el aparato de poder marroquí haya decidido apostar por la continuidad de Rodriguez Zapatero al frente del poder.
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