PALACIO DE LA MONCLOA, PRESIDENCIA DEL GOBIERNO

CARTA AL SEÑOR RAJOY

Si la misiva le molesta, solo recordarle a usted, que los españoles de bien ya estamos hartos y muy molestos, con su dejadez política y gubernativa. En castellano antiguo, le recuerdo como se denomina y adjetiva a personas como usted, se les llama “COBARDES, PUSILÁNIMES, GALLINAS, CAGUETAS, MIEDOSOS, MEDROSOS, ACHANTADOS, ASUSTADIZOS, BLANDENGUES, INSEGUROS, CALZONAZOS, DÉBILES, HUIDIZOS, etc...”, escoja usted la que más prefiera, aunque yo utilizaré, la que se adapta a usted como un guante, 

“COBARDE”.

Todo esto, viene de la época en que el tonto más grande de España, llego al poder por medio del "cuponazo" bien entendido de 192 muertos y 2057 heridos, un tal Zapatero y que usted cuando llego al poder, pudiendo “por decreto”, tirar atrás todas esas gilipolleces creadas por el “tonto útil”, no lo hizo. ¿Motivos?, usted lo sabrá, aunque si los desconoce, yo se los recuerdo: 

“SU COBARDÍA”.

Lleva usted y su gobierno, meses, sino años, con la matraquina de que lo tiene todo bajo control, en el tema de los secesionistas catalanes y que, en cuanto den un paso, fuera de la Constitución, “ACTUARÁ DE INMEDIATO”. Claro que actuará, haciendo un agujero donde esconderse.

Permítame con todo el respeto, que pueda imponerme usted, que me descojone ante sus palabras, o mejor dicho mentiras. Usted, se ha dedicado a esconder la cabeza durante años y ello nos ha llevado, a que los secesionistas siguieran su camino y ayer, día 6 de septiembre de 2017, hayan culminado su desconexión con España y declarado, sencillamente, la segregación, con la creación de la REPÚBLICA CATALANA, supongo que la 2ª, pues la primera duró 11 dias y terminó como terminó, con todos ellos en la cárcel, unos directos al paredón y una guerra civil, donde se asesinaron hermanos contra hermanos.

Usted, nos ha engañado a todos los españoles de bien. Usted, no tenía ningún plan para detener con la Ley en la mano, los actos de esos secesionistas. Usted continúa despejando balones y alargando un tema, que le explotará en sus manos. Lo jodido de ello es, que esa explosión, nos repercutirá a todos los españoles de bien, que han sido traicionados por el gobierno de turno.

Un gobernante, nunca debe tener miedo escénico y usted se caga por las patas abajo. Eso lo saben los secesionistas y ahí los tiene, riéndose de usted y de paso de todos los españoles, con su consentimiento. Usted, carece de personalidad suficiente, al ser un cobarde, para tomar decisiones, por eso se escuda detrás del Tribunal Constitucional, del Consejo de Estado y demás triquiñuelas habidas y por haber, para que otros tomen las decisiones. Vamos a entrar, en un partido de tenis, donde las pelotas serán recursos y recurso, pagados con nuestro dinero, por supuesto. Cuando "las pelotas", deberían ser las de un Presidente de Gobierno o las del caballo de Espartero.

Usted y su gobierno, desde el primer momento, debieron utilizar el artículo 155 de la Constitución, pero usted se cagaba por patas, solo ante su pronunciamiento. La utilización del ejército no estaba en su pensamiento. ¿Qué dirían en la UE? Yo le respondo a esa pregunta, no dirían nada, a ellos solo les importa el dinero que inyectamos todos los meses y seguir viviendo de la mamadera (afección grancanaria, que significa chupar la teta pública)

Hoy, día 7 de septiembre de 2017, toda la Mesa del Parlamento Catalán y el Gobierno de Cataluña, debía estar en los calabozos de la Guardia Civil y en el juzgado de instrucción haciendo su trabajo consistente en preparar las ordenes de ingreso en prisión. Pero no, a eso no se atreven ni los jueces, que son la "otra" tecla del piano, que no suena. ¿Sabe usted, que con su inacción y cobardía, le está comunicando a todos los españoles, que podemos saltarnos la Ley y no pasa nada? y pobre del Juez que señale una condena, se le podría "con la Constitución y la Ley en la mano", denunciar por "PREVARICACIÓN".

Esto, es un golpe de estado en toda regla, admitido, además de jaleado por usted y su gobierno. Le recuerdo, que cuando el 23F, nada más entro Tejero en el Congreso, el mismo fue rodeado por efectivos policiales, cosa que no ha ocurrido en Cataluña, el miedo es muy libre y la caca huele mucho, toda España ha podido olerla. Le recuerdo que, el Rey en aquellos momentos se puso su uniforme de Capitán General, salió en los medios, dando la cara y “defendiendo” la Ley vigente. Cosa, que no ha ocurrido con el rey actual, al cual hay que recordarle, que su bisabuelo, por mucho menos, salió huyendo de España por Cartagena, mientras la Reina lo hacía con sus hijos, en tren y por Irún.

Dada la pasividad de una clase política constitucionalista, que alterna el no hacer nada con el ofrecimiento de "diálogo" y "negociación" a los golpistas. Y es que no mejor consideración merece el limitarse a recurrir al Tribunal Constitucional para que solucione el entuerto, habida cuenta de que uno de los responsables del desafuero de este miércoles, la presidenta del Parlamento regional, Carme Forcadell, sigue impunemente ejerciendo su cargo, a pesar de que la Fiscalía ya presentó contra ella allá por el mes de febrero una querella por su "contumaz y obstinada voluntad de incumplir" los mandatos constitucionales.

Siendo los pronunciamientos de los Altos Tribunales imprescindibles, creer que la solución al golpismo separatista reside en un nuevo pronunciamiento del TC es tanto como negar la raíz misma del problema: la rotunda y largamente acreditada determinación de los separatistas de hacer caso omiso a cuanto diga el Constitucional en contra del proceso secesionista. 

Y lo cierto es que, Artur Mas, aseguró: "No nos pararán tribunales ni constituciones", lo cierto es que los golpistas no han cumplido una sola resolución del TC contraria a su proceso de ruptura. La tan cómoda como insensata apuesta del Gobierno y la clase política constitucionalista, de confiarlo todo a los pronunciamientos del TC, supone que "los problemas como el llamado proceso soberanista catalán no pueden ser resueltos por este órgano".

De nada sirven constituciones, tribunales y sentencias si luego no hay un Ejecutivo regional que las cumpla y mucho menos, un Ejecutivo nacional que las haga cumplir. Así las cosas, y mientras la clase política no se atreva a suspender la Administración catalana, no tendrá derecho a escandalizarse ni siquiera cuando vea a los golpistas secuestrar el Parlamento regional, con las palabras: del '¡se sienten, coño'!, al '¡esperen, coño!'

Dios no quiera, que todo esto se repita, aunque debemos reconocer, que España siempre ha sido una tierra de historia cíclica y justamente ahora, toca otro cambio. Lo jodido del nuevo cambio, es que vamos, si no se para “YA”, directos a una balcanización, como la de la antigua Yugoslavia. Me gustaría de todo corazón, estar equivocado, pero mientras usted siga ejerciendo de “COBARDE”, es lo que hay.

Si la misiva, le molesta o le incordia, no es mi intención, sólo es lo que hay y aunque no se lo crea, es lo que piensa el 90% de los españoles. Alguien tenía que decírselo a la cara y me ha tocado a mí.

Si en política, los soplapollas volaran, no veríamos ni el Sol. Tras una larga agonía, España fue liquidada el pasado miércoles en el Parlamento catalán. Y el próximo día 11, por las calles de Barcelona, su cadáver será paseado sin que ni siquiera acudan al sepelio sus deudos: los gobernantes de un Estado que no supieron defenderla. Ninguno.

Al contrario, fue ese Estado el que la fue entregando, deshaciendo, poniéndola en manos de caciques y castas regionales que buscaban su desaparición para hacerse, sobre su vacío, con el poder absoluto en sus territorios. Como fue siempre. Como se disgregó el imperio para que las burguesías criollas gozaran de plena impunidad para explotar a los indígenas (¿saben que el PIB de la España americana previo a las independencias no se recuperó hasta un siglo después?). 

Y como, con la más generosa intención, la España democrática, la que soñaba una nueva era de ciudadanos libres e iguales, sin discriminaciones de cuna ni origen, se articuló en comunidades, que, sin embargo, con toda la deslealtad posible, caminaron desde el principio para constituirse en estados cuyo final irremediable era una nueva oleada de independencias interiores. La que ha culminado y se ha hecho visible el pasado miércoles, pero que ya existía.

La nación ha muerto porque hemos dejado de sentirnos concernidos por lo que ocurre más allá de las viejas fronteras provinciales, porque vivimos refugiados en nuestras patrias jíbaras y nos hemos resignado a que el Estado que nos articulaba y nos unía sea ya sólo un fantasma.

El sarcasmo reside en que esa disgregación se hizo para contentar a quienes decían necesitar un margen para el cultivo de su lengua. Lo que nadie les negaba. No quisimos ver que todo formaba parte de una estrategia de largo alcance, de un proceso de nacionalización y conversión de reticentes, de la implantación de un nazismo light que terminaría, como ha ocurrido, en la proclamación de independencia.

Nunca, por lo demás, lo ocultaron. Fue un Estado acomodaticio y cobarde el que se negó a ver la realidad, el que consintió que se trocearan la sanidad, la educación, la policía, el agua, hasta la desaparición como tal Estado de unas comunidades autónomas ya cuasi soberanas. Y fue una clase política indecente y cómplice, sobre todo una izquierda capaz de vender su alma al racismo separatista con tal de destruir a la derecha, la que nos ha llevado a esto.

Vean lo último: en Barcelona, una diputada de Podemos, esa tragedia ridícula tan desunida ya como la propia España que propugnan, quitaba las banderas españolas que, junto a la ‘senyera’, habían dejado los miembros del PP al abandonar sus escaños. La señora se llama Ángels Martínez y su grupo se abstuvo ante el golpe de Estado que se estaba ejecutando en el Parlamento catalán. Les da igual a estos estafadores que decían venir a regenerar la democracia. Lo que preocupaba ese día al cínico de Iglesias Turrión era el aniversario de la boda de la hija de Aznar, disimulando el bodón de su socio Garzón, un payo que se dice comunista y se casa de chaqué y a 300 euros el cubierto.

Y mientras, en el PSOE, diciendo que están con el Gobierno (tengo yo que ver eso, si el Gobierno hiciera algo), pero dándoles la razón a los separatistas con lo de que en España somos “al menos, unas cuatro naciones”, expectoración política de esa ambición con patas que es Pedro Sánchez, y que merecerá quedar en los anales de la estupidez hispana.

Y vean a la derecha. 

Bueno, no la pueden ver, porque no está.