Últimamente he estado planteándome la efectividad o no, de las notas de prensa. Y, en términos generales, el debate de fondo suele estar en, si la nota de prensa es un recurso publicitario, que ya está muerto porque no cumple con las expectativas de quien las envía, es decir, que lleguen a publicarse.
Aquí, según el caso, entran varios factores en juego y desde mi experiencia como Blogger, que a lo largo de los años ha recibido miles y miles de notas de prensa, quiero arrojar algo de luz, de porqué una gran mayoría, pasa casi directamente del buzón de entrada a la basura.
Cuando me envían notas de prensa, suelen poner la coletilla, “por si tiene a bien darle publicidad en su blog”. Lo que quiere decir, explícitamente, que mi blog les interesa, que hay quien cree más en lo que escribe en un Blogger, que en lo que escribe un periodista chatarra, como los que leemos diariamente.
Si planteamos, que la nota de prensa es una herramienta de publicidad muerta, en la mayoría de los casos cuando una nota de prensa acaba en la basura no es un problema del recurso en sí, sino del contenido. Si ahora, en el entorno de las redes sociales y los medios digitales 3.0, no dejamos de oír que el contenido es el rey, esta leyenda urbana viene ya de lejos, en el caso de las notas de prensa.
El egocentrismo corporativo no nos vale, en las redes sociales, en los blogs, etc… y lo que cuenta es la relevancia del contenido. Los medios de comunicación escritos y digitales no dejan de ser empresas que viven (y ahora con más dificultades que nunca) de la publicidad y si una nota de prensa no aporta nada más que una promoción pura y dura, el planteamiento está claro: “si quieres publicidad, págala”.
Ahora bien, si detrás de ese partido político, empresa, de ese producto o de ese servicio que se quiere promocionar con la nota de prensa hay una buena historia, con gancho, con cierta relevancia, no importa en absoluto, la publicidad del acto ya está pagada con publicidad institucional. La promoción sigue estando ahí y pasa a un primer plano dentro de una historia que, por un motivo u por otro, no tiene interés suficiente para merecer que sea contada, pero quien paga manda y se publica.
La nota de prensa es un recurso y su difusión o no difusión, está directamente condicionada al valor intrínseco del pago en especies, llámese publicidad institucional, sin el interés y la calidad del mensaje.
El verdadero comunicador, busca aquello que merezca ser contado, no busca el resultado económico, solo ve la verdad y se merece un respeto por parte de tanto “presunto periodista chatarra”, que solo se esconden, detrás de una titulación universitaria, para seguir mamando de la teta institucional.
Al final, para esa basura periodística, todo es cuestión de sumar en la “cuenta de resultados y sus intereses”. El partido político que envía la nota de prensa busca la promoción y tener repercusión; el medio de comunicación y el periodista, buscan el plato de lentejas diario o el comedero de pienso a final de mes.
Y, aunque está claro que cuanto más dinero o especies lleve adosado, la relevancia tendrá más posibilidades de difusión, no se trata de que esa historia tenga necesariamente que ser un “bombazo” de primera página, la situación en el medio de comunicación va intrínseca al dinero que aporta, a más dinero, más relevancia. El interés sólo puede venir dado por el “DINERO, DINERO, DINERO”, factores muy distintos a que la historia contenga un valor social, emocional, curioso, novedoso, solidario, anecdótico, ecológico, tecnológico, etc…, lo dicho, ¿cuánto dinero lleva adosada la nota de prensa?, ése es el valor periodístico.
Quedando claro que, si has sido o eres cliente de publicidad, en este caso institucional, del medio de comunicación, el camino de esa nota será más directo. Aunque esto sólo quiere decir que, hay que olvidarse por completo de la relevancia del contenido. El dinero es quien da la relevancia.
Esa prensa basura, nunca dirá una verdad que pueda culpabilizar a un político, como mucho, pasará bordeando los encajes de sus bragas, pero no más. Otra cosa sería que un partido político, quiera llevar la duda social contra otro contrincante político, entonces el medio escrito comenzara a atacar, mientras siga sumando dinero en sus cuentas de resultados.
Aquí, en las islas, tenemos muestras claras de todo lo antedicho. Contamos con unos medios de comunicación, escritos, que solo se mueven por intereses económicos y gracias a la publicidad institucional, continúan saliendo a la calle, aunque cada día se lean menos y ahora se estén decantando por los medios digitales, pero, para mí, ya llegan tarde, se les paso el arroz.
Unos medios escritos que son subvencionados para que lleguen a donde nadie les lee, pero que con nuestro dinero le pagamos las avionetas que surcan nuestros cielos en las madrugadas, llevando kilos de papel-prensa hasta el último rincón de estas islas.
La pregunta sería, ¿si eso es una empresa privada, porque la tengo que mantener yo?, que se la mantengan los dueños y si no les funciona, sencillamente que cierren.
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