EL QUE DE JOVEN NO TRABAJA, DE VIEJO, DUERME EN LA PAJA.....

Lamentablemente y en contra de lo que cabía esperar, la educación de la democracia, adolece de tener puestas las miras en este fin. Pasamos de un franquismo respetuoso con los educadores y casi obsesionado, con la igualdad de oportunidades, con todas las carencias económicas, propias de un estado, que resultaba extremadamente barato a sus ciudadanos, a una abundancia de medios materiales desorbitada, pero, que olvida esta función de la educación.
 

Podemita con  treinta y nueve años. Desde hace unos veinte, que dice ser estudiante universitario. Nadie sabe bien de que universidad.

Se ofrecen comedores, tabletas, ayudas a las actividades complementaras, con razón, dada nuestra casi inexistente política, de protección a la familia trabajadora, se pone la obsesión en las salidas escolares, pero nadie garantiza, que todo no se desarrolle en una especia de selva, donde los educadores no son respetados, en primer lugar por el poder político, que los desoye permanentemente y que, con multitud de asesores puestos para oír, lo que quieren oír, los puentea y les obliga a veces, a metodologías y tareas que no favorecen la dedicación a esta finalidad.

Cuándo, todo es poner bonito el escaparate, de cara a la galería, cubrir formas, sacar de la educación y sus cambios, beneficio político, los fondos se pierden y en la escuela actual, por más exigencias, a que sean sometidos sus trabajadores, nadie garantiza lo básico: la adquisición de los conocimientos adecuados y la educación, que permita, el salto social.

Y lamentablemente, más lamentable en unos que en otros, no hay partido, que no tenga que entonar el "mea culpa", a este respecto y padres, más sindicatos (y no me refiero sólo, a los de enseñanza) no son ajenos, a este estado de cosas.

España, como país y como pretendida sociedad avanzada, comete un grave error, al volver a una política educativa, donde queda orillada la cultura del esfuerzo. Una triste rendición más de este Gobierno. Podemos entender la necesidad de diálogo y la búsqueda de acuerdos, pero no comprenderemos nunca por qué a miles y miles de jóvenes les vamos a dar una formación deficiente. 

La propuesta, de dejar pasar el Bachiller, a los alumnos, que no hayan alcanzado el cinco significa, sencillamente, negarles el futuro. En un mundo tan competitivo como el actual, mientras los españoles, evitan avanzar en la responsabilidad y el trabajo, los asiáticos se obsesionan por la excelencia y a los estudiantes, se les inocula el conocimiento y el sacrificio.

Cualquier esfuerzo, termina convirtiéndose en saludable hábito. Por tanto, la pregunta es: ¿A quién le irá mejor: a quienes desde niños han adquirido cultura y buenos hábitos, o a quienes siempre esperan, que les resuelvan los problemas? 

Caminamos hacia la mediocridad y ya se sabe, que un joven al que no se le pide nada, poco puede hacer. Recordemos, que la educación es la palanca, de los más humildes, para dar el salto social.

Qué le mueve al Gobierno, a tomar mediadas de este calado, si no es la necesidad de tapar las vergüenzas, por el hecho de no ser capaces, de consensuar una política educativa, a la altura de las exigencias del mundo globalizado. La batalla por la competitividad, en España, está perdida desde hace décadas y a partir de ahora, con las estadísticas maquilladas, seguiremos teniendo los mismos “ninis”, pero con certificado oficial.

A esos, que no aprueban y cada vez serán más, con una pensión del gobierno, para irse de cervezas, mientras viven, en casa de los padres y los movilizan para echarle la culpa al capitalismo, les va el plan genial. Y su voto, vale lo mismo, que el tuyo.