Anda ahora, el plumilla de la isla del oeste, rondando las mentes de los habitantes del barrio de pescadores, para unir los cuatro municipios que forman el área metropolitana del chiringuito. Habla de unir administrativamente al barrio de pescadores con La Laguna, Tegueste, El Rosario y Tacoronte.
Dice, el plumilla, que no va a renunciar de sus manifestaciones y cuantas veces sea necesario, que el barrio de pescadores no puede seguir sin su gran capital por la sumisión a intereses ajenos. Y digo yo: porque no se aplica el cuento y deja a los demás en paz, siempre intentado pisar al vecino, con tal de sobresalir sobre el mundo.
Intenta poner en contra de la alcaldesa de La Laguna, a toda la isla. Forzándola a claudicar con sus delirios de grandeza. Esperemos que esta alcaldesa, siga su rumbo, que lo lleva muy bien sin supeditarse a los delirios de grandeza del plumilla.
Dice , el plumilla, que los políticos temen al Sanedrín de Vegueta y por eso no se lanzan al ruedo político para insistir en la creación de la gran capital de las islas.
Debemos aclararle a este hipogenico plumilla, que desde lo que el llama Sanedrín de Vegueta y nosotros llamamos GRANCANARIDAD, pues claro que estamos atentos para impedir ese nuevo movimiento de los herederos de las Juntas Generales, para impedir que se lleve a cabo otro ataque directo a la GRAN CANARIA.
Del Cabildo de la isla del oeste, dice, que si esta de acuerdo en esta nueva idea, pero a Ana Oramas, la ataca sin piedad. Esperemos que no le saque la consanguinidad con nuestro líder guerrero DORAMAS.
Y por supuesto, como era de esperar, finaliza sus evangelios, con el ya manido GRAN de GRAN CANARIA, para continuar con sus clásicos insultos a nuestra isla. Debemos tener en cuenta que si no lo pone, revienta.
Y ademas, como ya va siendo costumbre, para meter miedo, nos avisa de que estamos siendo entregados a Marruecos y eso solo se arreglaría con la independencia de canarias. En pocas palabras, ya se auto-define como nuevo apóstol que predica los Evangelios, según San Cubillo.
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