TRONOS DE PODER POLÍTICO

LA BASURA POLÍTICA NOS HA INVADIDO Y SOLO EXISTE UNA SOLUCIÓN, EL .....

Los procesos electorales hasta ahora conocidos pierden su razón de ser cuando el elector prima con su voto el mantenimiento de las peores taras que laminan el desarrollo económico, ético y moral de una sociedad. Una imagen simplemente nos demuestra la realidad:

La demografía es terca y no alcanzo a vislumbrar otra salida para la población de naturales españoles que su propia autodeterminación, sin lacras parasitarias ni retórica buenista a su alrededor, aunque eso suponga darme la razón, cuando llevo años advirtiendo que la adulteración de la democracia española es el fruto del resentimiento.

Será en esta crisis de adversidad, ganada a pulso desde que Felipe Gonzalez y sus acólitos se entregaron a la orgía del saqueo y el socialismo sátrapa cultural, donde el viejo celtíbero reencuentre el pulso, el estilo y la ambición más codiciosa. Y malo será para todos si no da con el resorte vital que le permita recobrarse, porque se quiera o no, asesinado entre ideológicos de ambos lados del Atlántico, no será Europa -pequeño y disperso retrete multiculturalista- quien conduzca a España hacia el nuevo orden.

Los españoles que hicieron grande a esta nación deberán espabilar en esta crisis atípica provocada por la ambición política. En juego, nada menos que la supervivencia de una civilización que no la hicieron los africanos, ni los asiáticos, ni los LGTB, ni los llegados desde las provincias de ultramar. La España hecha a sí misma en las antípodas de la "harlemizada" sociedad progre norteamericana. La Armada Invencible de frente a la nave mundialista. El general Millan Astray contra Julito "El Rojo". Una jota frente al rap. Cervantes  versus Shakespeare. Amancio Ortega en pugna con George Soros. Una España salpicada de iglesias en contraste con Wall Street salpicado de logias. La Cruz de Los Caídos en el anverso de la bandera del arcoíris. La Biblia frente al vacío.

Los términos en los que se ha estado basando los criterios de selección en España han sido invertidos deliberadamente de unos años para acá. De Felipe Gonzalez y de Zapatero se han descubierto muchas cosas que habrían hecho estremecer a un elector español medio hasta hace sólo unos años. La intransigencia contra quien ose describir una parte de la tramoya que envuelve a estos personajes responde posiblemente más al reflejo de los millones de nuevos españoles provenientes de sociedades moralmente desestructuradas que a una inquietud real sobre la estabilidad política de España. La revelación de cualquier "agujero negro" en la biografía de Gonzalez o Zapatero se ha camuflado con el color de la piel inmigrante, sobre todo aquí en España, que no fuera. Ya se sabe, el nuevo ridiculizado y travestido orden mundial.

El azucarado sueño de Isabel y Fernando se diluye hoy en las procelosas aguas de una España que se lumpeniza día a día, que reduce sus sueños del pasado a un desfile orgiástico por las calles de las principales capitales españolas, que concede más derechos a los homosexuales que a las familias tradicionales, que hace la vista gorda para que se trafique con armas en los submundos capitalinos, y en las mismas escuelas donde se prohíbe rezar a los alumnos, que concede privilegios conjuntos a los lobistas de la causa sionista y a los islamistas radicales. No es extraño que, frente al actual panorama, hasta los líderes bolivarianos nos hayan perdido el respeto.

Históricamente las falsedades han sido mucho más fecundas para la ciudadanía que las verdades. Y la mayor de las mentiras fue considerar como la gran esperanza de España a un demagogo sin ninguna musculatura intelectual, cuyos ocho años en la Moncloa se saldan sin una sola propuesta digna de mención, con la puesta en marcha de innumerables proyectos de ingeniería social que han perseguido el vaciamiento espiritual de la que hasta hace poco era la nación más intelectual y espiritual de Occidente, apoyado por los "lobbis" menos recomendables de Estados Unidos y el islam, además de que con más trampas en su biografía que la cara de Jorge Javier Vázquez, quedándose en la historia, la oscura verdad del 11M.

En esta hora definitiva, yo apuesto por Donald Trump y Putin las grandes "esperanzas blancas" contra el nuevo orden multicultural, que nos está arrastrando al empobrecimiento y a la decadencia más amoral e indeseable de la política actual.