Foto propiedad de la FEDAC |
Y mira por donde , que cuando gracias a la crisis económica es decir: la pobreza, el paro, el hambre, los robos, la delincuencia, los suicidios, etc. una fiesta desmadrada, se recorta, en lugar de alegrarse, los hay que se lamentan. El carnaval así va cogiendo el rumbo propio y vuelve a su curso, del cual se había desbordado; los hay que encima se quejan porque cuatro días les parecen pocos, cuando en realidad a ese carnaval de cuatro días, le sobra todavía uno.
Pues eso está sucediendo y no diré el lugar –que por otra parte sale en los medios de comunicación- sino que da vergüenza, se quejen los amigos de las máscaras, porque cuatro días de disfraz, no les es suficiente, cuando incluso, reducirlos al Domingo de carnaval, sería más que suficiente, pues que no está el horno p´bollos, que dijera el otro. Claro, que no faltan los que retan y dicen: pues nosotros sí, más que ellos, vamos a tener 6, 7, 8 o más días de carnaval, sin pudor ni rubor, y es que cuando la incultura es la que reina, pasa esto, que cuando el carnaval retorna a sus fechas, poco a poco, los hay que siguen estirándolos, para vivir disfrazados, cuando lo que hay que hacer es hacer otra cosa, y cuando trabajar no, porque no hay trabajo, al menos ahorrar en disfraces, y en idas y venidas.
Y es que cuando el desgobierno no ordena e iguala y junta a la misma fecha una fiesta que viene marcada por la liturgia, el que cada uno lo haga cuando quiere es de locos. No tiene sentido ya en enero algunos se pongan las máscaras, y otros no se las quiten hasta después de Semana Santa. Esto, repito, no pasa sino aquí; y esa es una de las causas por las que la universidad que tenemos es la última de espakistania y los estudiantes que tenemos son, los más burros de la misma espakistania.
Y es que, si en lugar de tomar ejemplo de las hormigas, imitamos a los cigarrones –o langostas- éste es el resultado. Que una fiesta que en el universo se celebra tres días antes del miércoles de ceniza, y que aquí dura más de tres meses, cuando los pocos y pobres turistas que nos visitan, ven un carnaval descolocado, simplemente, pensarán de nosotros, lo que somos: gente atrasada, gente inculta, gente ignorante, gente salvaje, gente contra el mundo, gente contra la religión, gente gentuza, gente perdida, gente de la que no hay que esperar nada.
Y ahí está el resultado: si una sola murga fueran a limpiar un cercado y plantarlo de papas, harían mucho más y mejor que atacar a nuestros hermanos de Tenerife. Pero, como no hay mal que por bien no venga, mira por donde la crisis, el recorte de presupuestos, hace que en lugar de tirar el dinero en una fiesta descolocada, la hayan reducido, y ojalá llegue a la de nuestra infancia, en la que disfrazados con la ropa de los mayores, la cara tiznada y con un pañuelo y un palo, con un cesto íbamos por las casas pidiendo un huevito, y “¿me conoce?” ¡Bien pues, por la reducción de días de carnaval, y ojalá poco a poco, los otros municipios, también comiencen a reducir los días, y ahora falta que coincidan los días el mismo día en todos los pueblos, en toda la isla, en todas las islas y nos subamos a espakistanía, y lo hagamos como todo el mundo en Europa y en América, es decir los días que son y no fuera de fecha.
El resultado será que de inmediato: seríamos personas normales, y el resultado se iba a notar de inmediato en los estudiantes y en la universidad, que subiríamos algunos grados o puntos. No se puede vivir tres meses de fiesta. Es algo que va contra la propia naturaleza. ¿A que viene una semana de carnaval de vacaciones?, ¿a qué viene un día de no trabajar, no de ir a clase, sea en el centro y nivel que sea? ¿A qué viene el desfigurar el carnaval con drag, y con cuerpos pintados, y otras sandeces?, ¿a que vienen ese desfile y esos concursos, y competencias a ver quién es el número uno y gana el primer puesto? Y si estamos en democracia, ¿a que vienen esos de tantas reinas: infantil, juvenil, comercial, mayores, ancianas y drag?
En fin que uno, se alegra, poco a poco vaya volviendo la cordura, a unas islas desmadradas, donde hacemos, lo que no hace nadie en el mundo: los tontos más tontos del universo. Pues si el carnaval tiene fecha y duración, sacarlo de sus casillas y estirarlos, no es cosa de gente que piense con la cabeza.
El Padre Báez, que se alegra ver que poco a poco las cosas cogen su rumbo correcto.
2 comentarios:
En Estepaís sólo se piesa en la fiesta, y así nos va.
Aspirante, y después de los carnavales, empezamos con la semana santa, continuamos la fiesta de las próximas elecciones, a continuación nos vamos de vacaciones y ya estamos con los puentes de octubre, noviembre y diciembre, para llegar a las fiestas navideñas.
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