EL VOTO O EL DESPRECIO

Colaborador@s, amig@s y enemig@s, porque sencillamente no puedo creer que aquí todos sean amig@s y no quiero omitir a nadie. Hoy el tema es, a mi entender, “La revuelta del esclavo del campo y ¿Qué rumbo tomamos de aquí en adelante?” o “¿Qué hacer?”. En mi humilde manera de entenderlo, las alternativas son, el voto o el desprecio.

Antes de tratar de explicar lo que quiere decir eso del voto o el desprecio, quisiera aclarar algo con respecto a mí mismo. Todavía soy cristiano, mi religión sigue siendo el catolicismo. Esa es mi creencia personal. Igual que creo en la acción de todos los frentes y por todos los medios que sean necesarios.

Pero aunque sigo siendo cristiano no estoy aquí para hablar sobre mi religión. No estoy para discutir ni polemizar sobre ninguna de las cosas sobre las que diferimos, porque ya es hora de superar nuestras diferencias y darnos cuenta de que es mejor para nosotros ver primero que tenemos el mismo problema, un problema común que te hace vivir en un infierno lo mismo si eres católico, budista, ortodoxo o nacionalista.

Ahora bien, que hablemos así no quiere decir que estamos en contra del gobierno, pero sí quiere decir que estamos en contra de la explotación, que estamos en contra de la degradación, que estamos en contra de la opresión. Y si el gobierno no quiere que seamos anti-gubernamentales, que deje de oprimirnos y de explotarnos y degradarnos...

No soy político, ni siquiera soy estudioso de la política; en realidad no soy estudioso de nada, pero tengo ojos para ver y oídos para escuchar. Soy demócrata, y no me considero piji-progre doméstico. Si tú y yo verdaderos españoles, no habría problema. Esos inmigrantes ilegales que se acaban de bajar del avión o de la patera, ya son españoles. Todo el que venga de cualquier país, ilegalmente, ya es español, con más derechos que tu y con ninguna obligación. Obligaciones que se te exigen a ti, para que mantengas un sistema corrupto. Y con todo el tiempo que llevamos aquí, tú y yo todavía no somos españoles, solo lo somos para trabajar y votar a los corruptos.

No, yo soy español, soy uno de los más de 45 millones de esclavos de campo, víctimas del nacionalismo y el socialismo. Uno de los más de 45 millones de esclavos de campo, que son víctimas de la democracia, que no es más que hipocresía en mascarada... Yo hablo como víctima de este sistema dictatorial y veo a España con los ojos de la víctima. No veo ningún sueño español; veo una pesadilla española.

Fue el voto del piji-progre doméstico el que instaló a los socialista y nacionalistas en el gobierno de España. Tu voto necio, tu voto ignorante, tu voto malgastado fue el que instaló en estos gobiernos a una administración que ha promulgado toda clase de leyes inimaginables, dejándote el último, y que encima de todo obstruye tus manifestaciones, tachándote de racista y xenofobo.

Y tus líderes y los míos tienen la osadía de andar aplaudiendo por ahí y hablando de cuanto estamos progresando, y hablando de qué buen presidente tenemos... Por eso les llamo a estos últimos, traidores al pueblo.

De manera que ya es hora de despertar. Y cuando los veas salir con esa clase de conspiraciones, hazles saber que tienes los ojos abiertos. Y hazles saber que hay otra puerta, que también está abierta... Y si no... debes regresar a la cantera a picar piedra, debes volver a esconderte en el callejón. Ellos reciben todos los votos de los piji-progres domésticos y, después de recibirlos, el esclavo del campo, no recibe nada a cambio. Lo único que hicieron al llegar al poder, fue darles buenos empleos a unos cuantos piji-progres domésticos importantes. Esos piji-progres domésticos importantes no necesitan buenos empleos, ya tenían trabajo. Eso es un camuflaje, es un truco, es una traición, un teatro.

El socialismo y los nacionalismos tienen las manos empapadas en sangre, empapadas en la sangre de los esclavos de campo de este país. Hablo de sangre, sudor y lagrimas. Son los hipócritas número uno de este mundo...

Entonces digo que al predicar la libertad para el esclavo de campo, no me propongo hacer que se revalorice al piji-progre doméstico -ya tú lo conoces-, sino que el esclavo de campo se revalorice a sí mismo. No hagas cambiar de ideas al piji-progre doméstico; no es posible hacer que cambie de ideas, y todo ese asunto de apelar a la conciencia moral de España... La conciencia de España está en quiebra. Hace mucho, mucho tiempo que perdió toda conciencia. El socialismo y los nacionalismos no tienen conciencia. Ellos no saben lo que es moral. No tratan de eliminar la conciencia del esclavo del campo, porque sea un mal ni porque sea ilegal ni tampoco porque sea inmoral; la quieren eliminar solamente cuando amenaza su existencia. De manera que estás perdiendo el tiempo si apelas a la conciencia de un socialismo y un nacionalismo, que está en bancarrota moral como lo está España.

No puede haber unidad entre piji-progres domésticos y esclavos del campo hasta que no haya primero unidad entre nosotros, los esclavos del campo. No puede haber solidaridad entre los trabajadores hasta que no haya primero solidaridad social entre todo el pueblo español. No podemos pensar en unirnos a otra gente hasta que primero no nos hayamos unido nosotros mismo. No podemos ni pensar en ser aceptables para los demás hasta que primero no hayamos demostrado que somos aceptables para nosotros mismos. Uno no puede pegar plátanos con hojas sueltas.

Debemos ser pacíficos y respetar la ley, pero ha llegado la hora de que el esclavo del campo luche en defensa propia siempre y donde quiera que sea atacado injusta e ilegalmente. Si el gobierno considera que hago mal en decir esto, entonces tiene que empezar a desempeñar sus propias responsabilidades.