SI O NO, ESA ES LA CUESTIÓN.
La imagen refleja la realidad española, una nación destruida desde dentro. Donde unos votantes han preferido confirmar con sus votos, a que unos indigentes y barbaros, destruyan lo que ha costado crear seis siglos y que aceptamos reformar al pie de una Constitución, la de 1978 y que ahora no sirve ni para limpiarse el culo.
Que unos dinamiteros, democráticamente, rompan la Constitución para destruir España, es una barbaridad. En que cabeza cabe agarrarse a las entrelineas para retorcer la realidad a gusto de cualquiera. Las Justicias ya están de acuerdo, un sillón, un cargo y hacen lo que quieran los politicos. A eso le llaman separación de poderes.
La Constitución se fundamenta en la "INDISOLUBLE UNIDAD DE LA NACIÓN ESPAÑOLA", patria común e "INDIVISIBLE" de todos los españoles. Y ahora resulta que quienes deben defenderla, pasan de ello y apoyan a quienes, públicamente y en pleno Congreso de los Diputados quieren destruirla. La realidad se puede leer oficialmente en el libro de cesiones del Parlamento.
Que los partidos independentistas, secesionistas y herederos de grupos terroristas, hayan llegado al Parlamento español y se les permita decidir su apoyo a la destrucción de España, es cosa de locos. La política española en general, lleva 42 años, permitiendo que esas bestias del averno, hayan efectuado ese trabajo de zapa en los cimientos de la Constitución, a cambio del reparto de asientos desde donde retener el poder, sobre España en general.
Que un partido politico, sea de izquierdas, centro, derecha o medio pensionista, haya presentado una Pleno del Congreso una reforma de la vigente Ley de Partidos Políticos para ilegalizar a todas las formaciones independentistas y a las que promovieron el proceso independentista catalán de 2017. Ello incluye a ERC, JxCat, el BNG, la CUP y EH Bildu, entre otros, aunque tampoco descartan al PNV o “partido recogenueces”, como le denominan. Se pretende ilegalizar “a todos los partidos que busquen destruir la unidad y la soberanía de España”, y si el PNV o el BNG también pretenden ese objetivo, se verán afectados igualmente por su reforma.
En la actualidad existen partidos que expresan en sus estatutos e incluso desde su posición en las administraciones e instituciones, su voluntad de “romper España” y el orden constitucional, partidos que han incitado “a la violencia, a la desobediencia de los tribunales, al incumplimiento de las leyes, al abuso de poder” y partidos que han “justificado” el terrorismo. Y lo que se ha planteado es una reforma legislativa que ponga límites para que las formaciones políticas sean herramientas de participación política y una expresión de pluralismo, pero no “un peligro para la unidad y la convivencia entre españoles”.
No se trata solo de proclamaciones ideológicas sino también de actuaciones reiteradas y sistemáticas que ya han merecido las más severas sanciones de la jurisdicción nacional, constitucional y ordinaria. En concreto, se quería ilegalizar a aquellos partidos que se nieguen a incluir expresamente en sus estatutos el acatamiento de la Constitución de 1978, que justifiquen la violencia como “método de acción política”, que ataquen las libertades y los derechos fundamentales, que apoyen organizaciones terroristas o vinculadas a la destrucción de la unidad de España o que promuevan referendos o leyes contra la soberanía.
El Legislativo no puede abstenerse de intervenir, lo que sería tanto como hacer dejación de su alta función en una situación crítica, sin procurar al Poder Judicial medios normativos suficientes para el enjuiciamiento de legalidad de tales partidos, con arreglo a la jurisprudencia constitucional. Y no solo se ha abstenido, sino que ha votado NO a esta proposición de modificación de la Ley Orgánica de Partidos Políticos (“LOPP”).
Aquí no vale eso de que no estoy de acuerdo con el partido "x" o con el partido "y". Aquí lo que esta en juego es la defensa de España contra los ataques internos. Y esa defensa de España, debe hacerse constar literalmente en el Parlamento español. Resultando que quienes dicen defender España, votan que se siga destruyendo y otros se abstienen, como si con ello dejaran claro que si y que no. Aquí ni valen matices, o es SI o es NO y en este caso el PP ha dicho que esta de acuerdo en la destrucción de España. Y lo hace solo porque no puede aceptar que un rival politico proponga una realidad necesaria para España.
Ahora ha quedado muy claro y oficialmente, en el libro de cesiones del Congreso de los Diputados, quienes apoyan y quienes no apoyan, la destrucción de España. La cobardía política se ve claramente y en las próximas elecciones, si las hubiera (que esa es otra cosa), mas de un partido recibirá la respuesta de los votantes. Sí, esos a los que abandonáis a su suerte, mientras seguís llenándoos los bolsillos. El PP es como un reloj sin agujas: igual de inútil, tanto si andan como si están parados.
A mi personalmente me parece acertado, razonable y lógico, que a quienes quieran destruir España se les impida destruirlo por todos los mecanismos posibles.
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