EXPLOTANDO LA INCAPACIDAD

 CHÚPAME LA MINGA...

«Se protege detrás de su enfermedad» para lanzar «mentiras», «esparcir su odio» y «resentimiento» en las redes sociales contra todo y contra todos. Es indigno, innoble, infame, miserable, mezquino, abyecto, despreciable, pérfido, ruin, canalla y vil».

Primero estuvo en Ciudadanos, donde nadie le hizo caso, por lo que se busco la donde vivir del cuento y vio un hueco en Podemos. El hueco a ocupar, fue el de la “cuota del discapacitado”, que no estaba cubierta y empezaron a explotar su incapacidad de movimientos, que no incapacidad lingüística. El resultado fue simplemente el provocar lástima entre los posibles votantes, pero sin destacar mucho, solo poco a poco.

Resultado, funcionó. Ya en Podemos no necesitaban a más incapacitados de movimiento, crearon la estrella y ahora había que explotarla al máximo. Lo pasearon por toda España, como quien saca a un torero para dar vueltas al ruedo. No tuvieron que pasearlo a hombros, ya él tenía carroza propia y mecanizada.

Un personaje que se esconde detrás de su enfermedad. Que no acepta su situación de discapacidad y destila desprecio hacia los no iguales a él. El odio, la rabia y el resentimiento contra su discapacidad, la expulsa por su boca en mentiras, mezquindades, ruindades, infamias, desprecios, canalladas, etc…, son su pan nuestro de cada día. Es como si culpara a los españoles, por su discapacidad. 

Echenique esconde las realidades de su situación, para seguir beneficiándose de su cuota política, como discapacitado. No llego a entender el motivo por el cual, esconde a la vista de todos, el cinturón y los enganches con los que va amarrado a la silla. Los esconde, cuando eso es natural para una persona que tiene que estar amarrado a una silla para que no se caiga, debido a su discapacidad.



Cuando los suyos necesitan difamar o soltar cualquier patochada que provoque un titular para sus amebas, tiran de él. Con ese acto, buscan el que nadie le diga o rebata lo que ladra, escudándose en que a un discapacitado, al parecer, por ese simple hecho, no se le discute nada. Pobrecito, tiene derechos y hay que aguantárselos. Pues va a ser que no. Si él va de voceras por la vida, la vida debe responderle como tal.

Si hay algún titular en el que él pueda entrar a saco, ahí le tenemos, moviendo y comentando públicamente, justificando que se lapide en la plaza del pueblo a las mujeres y a los homosexuales. Si son de derechas. Con los ancianos es peor. Aplican métodos más indoloros pero no les importa su ideología. Ahí no hay ideología, sólo existe el joder la paciencia para estar en los titulares. Usan aquello de: “Lo único peor a que hablen mal de ti es que no hablen de ti” y ahí es donde está la ecuación de del presunto liderazgo podemita, si existiese ese liderazgo, que yo lo dudo. Esto, más pronto o más tarde, se diluirá como un azucarillo en aguardiente. 

Luego suelta eso de sus doctorados o titulaciones universitarias. Que en papel existen, aunque otra cosa sería ver esos exámenes finales para obtenerlas y quienes fueron su tribunales examinadores. Busquen, que lo mismo se sorprenden. A la vista de tanto titular universitario que existe en la izquierda progre de España, yo dudaría como Santo Tomás, hasta que no meta el dedo en la llaga, no me creo nada.

Queda comprobado, una vez más, que El Quijote es una novela de principios del siglo XVII muy actual. Hoy en día encontramos gente, que con tal de tener fama hace lo que sea para ..., igual que la mujer de la historia que cuenta Don Quijote. El tiempo pasa, sin embargo las malas costumbres permanecen.

Es sencillamente como un calcetín sudado. Vocea cualquier cosa y si le corrigen el error, no se amilana, no reconoce sus errores. Él creyendo ser un líder de algo, le da la vuelta al calcetín y sigue erre que erre. Con el tiempo, lo único que consigue es que cada día huele peor. 

Él mismo se cree lo que vocea. Le he llegado a oír cosas ilógicas y antinaturales de por si, como que es “maño”, que es "español”, pero que no le gusta España. Que las únicas democracias en libertad son Cuba y Venezuela. Que casualidad que si no le gusta España, no se vaya a vivir a Cuba o Venezuela, con sus democracias y libertades. Un clásico comunista de boquilla, pero para vivir del cuento en países libres.