JINAMAR

NO ES UNA LEYENDA URBANA, ES UNA REALIDAD, ADMITIDA Y ACEPTADA POR LOS POLÍTICOS.

La política es el arte de hacer POSIBLE lo necesario. “ES NECESARIO HACER”, Escuelas,
Centros de Estudios, Deportes, Centro de Mayores de Salud-Recreo. En fin… Jinamar, una gran ciudad, el sueño de San Rafael. Mejor POSITIVO. Que lo vean bien los Jinameros, la mayoría no son unos “mataos”, pero...

La realidad es la que es, puede gustar o no, pero que se ha creado un CAMPO DE REFUGIADOS al sur de la capital y al norte de Telde, es una realidad incontestable. Donde dicen que gobierna una AUTORIDAD JINAMERA, pero realmente gobiernan unas tribus urbanas que van a su aire. Jinámar es una de las zonas más empobrecidas de la isla de Gran Canaria. Aquí, donde un 38% de sus 30.000 habitantes no tiene empleo y un 16% no sabe leer ni escribir. Lo que sucede en Jinámar, es el reflejo más extremo del problema que sufre Gran Canaria.

Se emplean millones de “nuestros euros”, en “reforestar los bolsillos de los caciques”
Hay que emplear “nuestro dinero”, en “nuestra gente”...sin dárselo a ellos sino “arreglándoles la vida”.

Debemos entender, que, a mayor pobreza o desigualdad social, mayor porcentaje de delincuencia social, psicológica y natural. Jinámar, un barrio que creció sobre un valle de terreno desértico. La barriada, es una sucesión de bloques de pisos antiguos y fachadas roídas. Con el paso de los años, se han construido distintas fases. Se trata de una zona castigada por la pobreza. Del total de usuarios en los servicios sociales de Telde, el 46,28% procede de Jinámar. De ellos, siete de cada diez son mujeres. Aquí, un 42% de su población no ha terminado siquiera los estudios primarios. Es el caldo de cultivo perfecto, para que se den casos tipificados en el Código Penal.

Jinámar, el barrio canario de las “niñas madre”. Donde z-ETA-p provocó un baby boom con el cheque bebé. Donde en casi cada edificio, hay una menor con su crío. Donde cada madre soltera y mejor si es menor, cobra 1.000 euros y ahora, cada seis meses, recibe 150 euros más de las arcas públicas. Todo termina en un curso de esteticista o peluquera, que parece ser es la solución política, que les dan a las criaturas. Estas menores de edad vivían en total libertad, muchas faltando al colegio, sin control alguno y siendo gobernadas por tribus urbanas, donde solo eran eso, carne sexual. Los padres a su bola, cervecita va y cervecita viene. Que, a los hijos, según ellos, los debe criar el prójimo o lo que es lo mismo, los adoctrinadores de turno, desde las escuelas reconvertidas en “madrazas” progresistas. 

Y me pregunto, ¿dónde está o estaba la Fiscalía de menores para acusar a esos chulitos rompe pañales, mayores de edad, que van por el mundo dejando embarazadas a menores? La normativa social es clara: “NI ESTÁ, NI SE LE ESPERA”. Pero no crean, que hablar de Jinámar es hablar solo de sus “niñas-mamá”. Aquí hay más cosas, de las que “alguien o algunos” deberían caérseles la cara de vergüenza. Aunque a esos políticos, la vergüenza, se les quedo en el limbo de sus partidos. Ellos solo buscan su pan y si caen migajas, que picotee el pueblo, de lo contrario, que se jodan.

No descubro nada nuevo, cuando digo que la calle conoce, cómo el mayor mercado de la droga en esta isla se sitúa en el barrio de Jinámar. En la calle se sabe, la situación de las viviendas donde se vende droga. La calle sabe, quienes son los camellos de la zona. La calle sabe, cuáles son los puntos de venta de droga. Lo jodido es, que “todos lo saben” y al parecer, los únicos que no lo saben, son las autoridades, de lo contrario, si lo supieran ya habrían acabado con esa lacra que destruye nuestra sociedad y en mayor caso a nuestra juventud. Lo mismo es, que “alguien” está interesado en ese negocio y no señalo a nadie, que no soy yo, quien deba culpar o condenar, que para eso está quien administra justicia, cuando la administra y no se dedica a interpretarla.

Los medios nos comunican a diario, de zodiac nuevas de estreno y con motores fuera borda, que se encuentran por las mañanas, abandonadas en nuestras playas y no hay que comerse el tarro, para saber, que traían a bordo. Los socialistas de z-ETA-p, liderados por aquel medrador político apellidado Rubalcaba, regó nuestras costas de camionetas con radares para localizar todas esas embarcaciones. Eso costó miles de millones y hoy, están donde todos los inventos socialistas, abandonadas y sin nadie que las utilice. Repito, ¿a quién le puede interesar ese despilfarro, abandono y descontrol?

Las tribus urbanas, se tienen repartido el barrio. A ninguna de ellas, se le ocurrirá invadir territorio ajeno, que la cosa puede terminar muy mal. Ves a los dirigentes sentados en los portales o en muros, controlando a sus huestes. Están dirigidos con “manu militari”, tienen hasta sus “estados mayores”. De vez en cuando, se les observa salir del barrio en búsqueda de “algo” o la quema de contenedores en otros barrios, como castigo general... Llegan a quemar coches y nadie hace nada. Son los dueños, los amos, se saben intocables y ejercen como tales.

En el barrio, crecen y crecen asociaciones de todo tipo. Ninguna de ellas, puede ver a la contraria, la ve como enemiga y mucho más, si políticamente están en polos opuestos. No se unen, ni para pedir agua con que subsistir. Cada una va a su aire y si pueden vivir con alguna subvención mejor, aunque para ello deban bajarse los pantalones, ante el político de turno, pero “EL PAN ES EL PAN” y de algo hay que vivir.

Ya puedes intentar mejorar el barrio, que sin la autorización de “ellos”, no podrás hacerlo. Destruirán lo que hagas. Aún recuerdo que, para facilitar velar a algún fallecido residente en Jinámar, se construyó un velatorio y lo destruyeron. Las imágenes están en la hemeroteca y en las redes sociales, rula el vídeo de una parejita al parecer menores, demostrando quien manda sobre un túmulo funerario. Los tatuajes pueden identificar a ambos, pero eso es problema de la autoridad correspondiente.

Dicen, que no tienen trabajo y por tanto no tienen dinero para subsistir. Pero dinero para comprar un espray y expresarse en las paredes del barrio, si tienen. Lo mismo, que dinero para hacerse unos tatuajes, que eso es lo que mola y cuanto más grandes mejor. Dinero para fumar tabaco caro u otras cosas también hay. Como dinero, para llenarse el cuerpo de hierros, uñas de porcelana, gafas caras, relojes caros, collares de oro cuanto más grandes mejor, para eso si hay. Recuerdo el entierro de un joven “poligonero”, abonado por un ayuntamiento, debido a que “no tenían dinero”, aunque en la comitiva de familiares y amigos, el vehículo más barato no bajaba de los 30.000 euros. Claro, mientras haya imbéciles que les sigan creyendo las letanías de su pobreza, ahí seguirán parasitando.

La barriada, como ya dije al principio, es una sucesión de bloques de pisos antiguos y fachadas roídas. Lo que se denominó en su momento como LAS CASAS BARATAS, pero que se partían las caras por tener una, todos los trogloditas (habitantes de cuevas) expulsados de la capital. Les recuerdo, que, hasta muy entrados en los ochenta, en la capital había humanos viviendo en cuevas. Se les entregó en sucesivas fases y hoy, las casas están destruidas. Nadie se ha preocupado de ellas, ni los mismos residentes. 

Pasen a visitar cualquier comunidad de vecinos, donde unos cumplen con sus obligaciones con la comunidad y otros, además de no cumplir, se enfrentan con insultos y golpes a sus mismos vecinos. Verán zaguanes llenos de pintadas, cristales rotos, pequeños jardines a la entrada, que se han reconvertido en sembrados de “maría”. Ascensores destrozados, con las botonaduras quemadas, el techo quemado con mecheros, meadas por todas las zonas comunitarias, cagadas de perros y gatos a diestro y siniestro. Puertas de pisos blindadas y con verjas metálicas, pues entre ellos mismos atacan a los vecinos o violentan sus puertas para robarles, sobre todo si son personas mayores. Cables de luz, que enganchan con la instalación comunitaria y algunos enganchan con el alumbrado público. ¿Qué decir de los enganches de telefonía?, ahí ya es el acabose.

Cuando visitas el clásico mercado dominical, es que se te saltan todas las alarmas. Venden droga ante la vista de todos, venden bebidas alcohólicas y tabaco a menores. Venden gallos de pelea, crías de animales. Lo mejor es la venta fraudulenta, de alimentos donados para repartir entre los más necesitados y robados en los almacenes municipales. Todo ello bajo la responsabilidad de una concejalía de mercados, que brilla por su ausencia. Que todo eso es lo que se ve, lo que no se ve, debe ser muy “explosivo”, literalmente “explosivo”. Lo dejo ahí, quien quiera entender, que entienda...

Además, tenemos un barrio, donde se crían perros de peleas y se celebran las mismas bajo el conocimiento de todos, aunque nadie se atreve a denunciarlas, por si acaso, que con esas tribus urbanas. Salen de correrías o razias a otros barrios, en búsqueda de sparring para sus “pit bull”, que una tribu urbana sin su “mascota” no es nada. A las autoridades, ni se les ocurre entrar a saco y mucho menos, a todos esos que se llenan la boca exigiendo luchar contra la violencia animal. 

¿De que violencia hablamos?, si ellos mismos son la violencia. Violencia, que han creado los políticos día a día, para ahora, a cuatro meses de las elecciones venir a recoger lo sembrado. El voto de “LA VISTA GORDA Y DEJARLES VIVIR A SU AIRE”, está claro que el pan es el pan y de algo tiene que vivir, el circo político.

¿Les ha quedado claro lo que es un CAMPO DE REFUGIADOS, bajo el gobierno de la AUTORIDAD JINAMERA? y si les llevas la contraria, dicen que les has reconvertido en un campo de concentración, por lo tanto, eres un fascista.