Sabido
es, que hemos tenido un Domingo de Ramos, sin palmeras; a no ser que fueran de
Alicante, que algunas trajeron de allá, tan lejos. ¡Hasta eso, Dios
mío!
Y es el
caso, que uno que plantó medio centenar en Peñón Bermejo, donde acampé durante
36 años, y que ahora prohibido me dicen, es un reservado para políticos (yo
sabía de policías y comerciantes)...
... que
vuelvo a las palmeras, y creo que las mías, allá donde la isla acaba, mirando a
América, en el noroeste aldeano, le hayan entrado los picudos rojos, que las
devoran y secan.
Pues,
que el dichoso bichito, según usted las limpie entra o no (¡Ja, ja, ja....!),
pues, que si usted toca una palmera, se busca la ruina, y asombrado el personal,
¡ni se atreve! Y pintura canela al canto.
Y, claro, toda vez que
había que frenar al dichoso escarabajo, o lo que sea, alguien bien pensado, me
imagino que ingeniero en algo, botánico, biólogo, negociante y embaucador,
encontró la solución:
“¡Eso es fácil de erradicar!: basta
traer a unas avispas gigantes, que echadas a las palmeras, se comen a los
picudos”. Y estos sanacas del carajo, cayeron
en la trampa, porque no pensaron, que...
... las
dichosas avispas amarillas .y del color que fueran-, se iban a merendar a las
abejas. Y, ¡dicho y echo! Las abejas, están desapareciendo, y sin ellas, la
polinización, o la `posibilidad de germinar la fruta.
Total,
que de paso, nos quedamos sin miel, y también sin fruta (alcanzando a la flora,
por descontado). Y, lo gracioso de todo esto, es que nadie dice ni pío. Lo
silencia, y ¡aquí no ha pasado nada!
Y ni se
castiga, ni se retira cátedra, ni nadie paga el daño, ni nadie pide perdón, ni
nadie va a la cárcel, y nadie renuncia, ni nadie justifica, ni nadie da la cara,
ni nadie se moja, ni nadie...
Ningún
medio se ha enterado, nadie lo comunica, ¡secreto alto de estado!, porque
crédulos en todo (no tanto en Dios, a no ser que como a Hugo Chávez, se le
presente un cáncer terminal, para agarrarse al
crucifijo.
Pues,
esa es: la investigación, la ciencia, la universidad, los saberes, los expertos,
los especialistas, los sabelotodos, los improvisadores, los descubridores,
los..., los que nos gobiernan.
Y, en
cuanto a las serpientes, para no cambiar de tema lo dejamos, pero ¡vamos es que
son de eficaces, que desparecen por arte de magia cualquier peligro. ¡No te
digo! Pues, dicho queda (ya que nadie lo dice).
Pocas veces eso de meter especies de otro ecosistema ha dado resultado. Mira el problema que tienen en Australia con el conejo.
ResponderEliminarEl último de Filipinas, está claro que las cabezas pensantes de los politicos, solo sirven para llenarse los bolsillo. En estas islas entra de todo y sin pasar por ninguna inspección. Así nos va y así nos irá.
ResponderEliminar