Lo primero que me viene a la mente es la paradoja de la historia de España. Mientras se rompe la Nación y la Constitución de 1978, con la sentencia del TC aprobando el Estatuto de Cataluña, más sentimiento patrio, con los colores nacionales inundan todas las calles, balcones, y rincones de España. Pero no salen para defender la unidad de la Nación, sino para celebrar que con el triunfo en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica, somos todos Campeones del Mundo.
No digo que esté mal ese sentimiento de frustración patrio que ha aflorado después de casi un siglo. Pero que también los ciudadanos deberían estar en alerta a lo que nos está pasando como nación soberana, y lo que sus dirigentes hacen supuestamente en nombre de esos ciudadanos.
Estoy convencido que si la sociedad española no estuviese tan desactivada, tan adormecida por los medios de comunicación controlados por el régimen partitocrático, también hubiera salido a la calle a manifestar su orgullo patrio y en defensa de la unidad de España. El problema es que la mayoría no se ha enterado de lo que ha pasado, y está pasando.
Es curioso que sea a través del deporte como podemos canalizar el sentimiento de sentirnos orgullosos de ser españoles. Afortunadamente las nuevas generaciones (lo veo en mis hijos y sus amigos) no sienten la presión de buena parte de la izquierda social española que sentía vergüenza de sentirse español o mostrar los colores nacionales. Todavía leemos en alguna prensa de izquierda que no le gusta los excesos de "nacionalismo español" que se han visto en los últimos días. Los mismos que no dirán una palabra de los excesos nacionalistas-separatistas catalanes vividos tres días antes.
Pero la mayoría de la sociedad española no sabe de dónde viene el problema de la identidad como Nación. No viene del franquismo, como algunos dicen, si no del trauma nacional que significó la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, en la guerra con Estados Unidos en 1898. Sí, desde hay viene el sentimiento de frustración y de vergüenza como Nación, por no haber sabido defender a los nuestros, y por perder lo último que quedaba del gran imperio español que tuvimos apenas 80 años antes.
De ahí viene también el surigmiento de los movimientos nacionalistas-separatistas catalanes y vascos. No viene da más atrás, como se inventan ahora y tratan de reescribir la historia a su antojo los separatistas con la connivencia cómplice del régimen partitocrático que nos gobierna. Y la razón no fue otra que la frustración económica de las oligarquías de esas regiones que perdieron grandes privilegios comerciales en Cuba principalmente ( esa fue una de las razones de la simpatía de algunos cubanos por la independencia).
Un siglo más tarde nos encontramos con el problema muy agravado. Hasta tal punto que estamos ya en la ruptura del orden constitucional, y a punto de la disgregación de una de las más antiguas naciones del mundo, que se ha mantenido como una unidad desde los Reyes Católicos; es decir, hace cinco siglos.
Pero con la gravedad de que la inmensa mayoría de los españoles ni lo quieren ni lo apoyan. Tampoco los ciudadanos de esas regiones (más del 60% en Cataluña dice sentirse español en encuesta de estos días, y con la que está cayendo). Es todo oportunismo, estulticia, y traición política de los dirigentes de este régimen de partidos, corrupto, sectario y de castas privilegiadas (el actual estatuto no la aprobó ni el 30% de la población).
En mi opinión, son tres los más graves problemas que nos han llevado hasta aquí:
1º) Un Presidente del Gobierno ignorante, sectario, cobarde, y traídor a su patria, que ha acelerado todo el proceso hasta convertirlo en irremediable.
2º) Una Ley Electoral que ha permitido el chantaje permanente de los nacionalistas-separatistas, dándoles un protagonismo y peso político casi 10 veces mayor que el que le corresponde. (En votos son apenas un 5% y pesan como un 40%). Los dos partidos nacionales no lo han querido, ni quieren cambiarlo.
3º) Una Constitución que dejó abierto el modelo de estado para contentar a los nacionalistas. Para no hacer un estado federal, nos hemos convertido en estado confederal de paso a la disgregación en no se sabe bien qué.
El problema es que si fuera sólo Cataluña, no habría mayor dificultad. Seguro que si hacemos un referéndum entre todos los españoles dirían que sí para que nos dejaran tranquilos de una vez, hartos de tanto victimismo a costa del bolsillo del resto de España.
Aunque los primeros que todavía no quieren separarse son los catalanistas y sus oligarquías dirigentes. Los de CIU dicen que ahora no toca el consultar a la ciudadanía por la independencia porque el pueblo no está preparado. En realidad, no quieren la independencia porque con el Estatuto nos convierten al resto en una colonia suya. Lo que siempre han perseguido, desde los años 20', y no se han cortado en decirlo.
Pero si hubiera separación definitiva, los nacionalistas no quedarían saciados. Está en su propia naturaleza. Irían a por Baleares, partes de Aragón y Valencia. Además, todos sabemos que detrás vienen los vascos, apropiándose de Navarra, los gallegos, etc...Los canarios deberíamos pedir la protección de Estados Unidos, porque de lo contrario ya veríamos a Mohamed pescando en las aguas revueltas. No es broma. Esta es la realidad que tenemos.
Para los que piensan que soy un catastrofista. Datos de estos días. ZParo dice en el último debate que va a legislar más allá de la sentencia TC para darles a los catalanistas lo que pidan. Además se pone en manos del PNV para poder aprobar los presupuestos y agotar los 2 años que le quedan, "cueste lo que cueste" ZParo dixit.
Lo cierto es que todos sabemos que España no resiste ni 6 meses más esta calamidad, esta maldición por nuestros pecados (11 de Marzo - 200 muertos y casi 2Mil heridos-). A quienes va a costarle de verdad es a toda la Nación; es decir, a todos los ciudadanos sin excepción. Lo peor es que nadie sabe qué puede pasar, qué futuro nos espera, o quién podría ya salvarnos del desastre.
Como diría ese gran escritor bilbaíno, español universal, Miguel Unamuno: "Me duele España". " ¡Soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo".
Y por lo que veo, llamarse Carlos va a pasar a estar prohibido o mal visto. Muchos coincidimos en el nombre de pila además de coincidir en los diagnósticos.
ResponderEliminarPaciencia tocayo. O mejor aún, basta de paciencia y comencemos a movernos!
Carlos, este post, me llego por e.mail y me agrado tanto, que lo he puesto, pues no se debe de perder en el olvido y debe ser leído, cuanto por más gente, mejor.
ResponderEliminarPues ya solos tres Carlos, yo lo llevo como segundo nombre.
Tienes razón en cuanto a que se ha acabo la paciencia y debemos movernos, pero ocurre que aún con lo que está cayendo, siguen existiendo personas que no se dan por enteradas.