martes, 18 de marzo de 2008

Técnicos alemanes estudian la resistencia que mantienen los pinos centenarios afectados por el fuego


LOS TECNICOS CANARIOS ESTAN DE VERANEO

Técnicos alemanes especializados en arboricultura realizaron el pasado fin de semana pruebas para conocer el nivel de resistencia que mantienen los pinos centenarios afectados por el incendio de Pajonales. Esta experiencia pionera en Canarias dispondrá por primera vez de diagnósticos sobre la resistencia de los ejemplares más antiguos y establecer en el caso de riesgo de desplome medidas para la conservación de aquellos de especial singularidad.El trabajo, encargado por el Cabildo de Gran Canaria a la empresa Brudi & Partnert Treeconsult Baumsachvrständige, se centró en el pino del Mulato y en varios árboles tipo, además de una inspección visual sobre los de Pilancones y La Lajilla, que cayeron en recientes fechas.Para ejecutar el denominado estudio de carga se usa un ve-hículo grúa con el que se tensa un cuerda colocada alrededor del ejemplar para simular el embate del viento. Una serie de sensores ubicados en distintos puntos estratégicos del tronco captan la tensión que sufre el árbol. Los datos recogidos por el especialista Andreas Detter en los distintos Pinus canariensis, serán objeto de un programa informático que, según su altura, permitirán extrapolar los mismos a todo el cuerpo del árbol.La técnica de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Marta Moreno, y la ingeniero forestal, Inés Calzada, señalaron ayer que las posibles medidas pasarían por colocar tensores no anclados sobre tierra, sino casi en horizontal sobre postes o árboles; o recortar las copas de los árboles por sus laterales.Según la inspección preliminar, Detter no ve peligro de desplome en el Pino del Mulato en condiciones normales y destacó su fuerte sistema reticular (raíces). Este ejemplar mide 46 metros de altura.Las conclusiones de este estudio permitirán tener los primeros datos sobre la estática de los pinos centenarios de la Isla, caracterizados por heridas en la base de su tronco que se les hicieron para aprovechar su resina.Sobre la inspección ocular al de Pilancones, el técnico alemán detectó que la base del árbol que le quedaba estaba rajada lo que, junto a los efectos del fuego, provocó su caída. Además consideró que de haberse dispuesto su estabilidad seguramente hubiese propiciado su caída ante la dificultad de colocar tensores.El especialista alemán llevó a cabo también una inspección visual del Drago de Pino Santo y no veía ningún problema de estabilidad y apuntó que su riesgo se derivaría de la erosión o el desgaste de terreno donde se asienta.


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